Cuento infantil


Te has preguntado alguna vez ¿por qué los niños desde que son bebés se apegan a un muñeco, a una manta o a un peluche en especial? Pues bien, teniendo en cuenta que cada persona es única en su esencia, también es diferente en la forma de expresar o recibir estímulos afectivos, y una de las más grandes e importantes expresiones de amor y protección en los niños son los abrazos. Por ello, los menores recurren a los objetos de apego o transicionales, para abrazarlos y tenerlos a su lado en todo momento, pues ellos, de alguna manera, están asociados a la seguridad que brinda una madre. Según los expertos, cuando abrazamos liberamos dopamina y oxitocina, que son las hormonas del placer y también reducimos el nivel de cortisol asociada al estrés. Por tal motivo, los pequeños se sienten tranquilos y confortables con su objeto de apego, además, cuando el infante lo elige, ya no hay poder humano que lo pueda reemplazar, debido al importante valor que tiene; pues ese preciado objeto, ya sea feo o bonito, representa a los padres, especialmente cuando están ausentes. Ofrezcamos a nuestros niños más abrazos, pues definitivamente, es en la infancia en donde encontramos la manifestación más pura y bella de lo que significa amar.