Cuando la amante ingresó a la empresa el ojo a su jefe le echó, él era a quien siempre había buscado y finalmente allí lo encontró. Su patrón era un hombre joven, rico y educado, con gran futuro y buena proyección, el único inconveniente es que era casado, pero al final, ¡eso a ella no le importó!
Su jefe tenía un hogar que durante años con amor construyó y una empresa familiar que, junto a su esposa, con éxito y esfuerzo formó. Entonces empezó el coqueteo y las insinuaciones en cualquier ocasión, haciendo que el hombre dudara de lo que por su mujer él siempre sintió.
Del amor y el respeto por su hogar, el hombre poco a poco se olvidó y ante los descarados encantos de la amante, inevitablemente y sin pensarlo cayó. La malvada mujer lo fue envolviendo, hasta que con su falsa manipulación lo conquistó, adueñándose de su corazón, de su empresa y de todo lo que junto a su esposa construyó. La tristeza que invadió a la familia, a la amante nunca le importó, tampoco las lágrimas de la esposa que luchaba por salvar su relación y mucho menos el sufrimiento de los hijos, cuando su padre inevitablemente se alejó. Todo lo manejó a su conveniencia hacia un camino de destrucción, pues su objetivo era quedarse con el hombre, con su dinero y en una buena posición.
Ahora la amante se convirtió en la “señora”, fue así como ella misma se catalogó, obligándolo a darle un estatus que en realidad a ella nunca le correspondió, pues ante los ojos de todos seguirá siendo la amante... esa que un día un hogar destruyó con su frialdad, arrogancia, crueldad y nefasta manipulación. Construir felicidad con las lágrimas de una familia, te aseguro que no es la solución; siempre seguirás siendo la amante... o la otra... por definición.
FIN
Reflexión
Varios expertos concuerdan en que una mujer se convierte en amante porque tiene baja autoestima, se siente vulnerable e insatisfecha con sus relaciones interpersonales o porque ha sido víctima de la falencia de un patrón paterno, en este último aspecto, la mujer busca en su amante al padre ausente. Además, las personas amantes entregan todo a la relación y en algunas circunstancias, la situación se puede convertir en algo obsesivo y peligroso, pues buscan obtener a toda costa la atención del hombre infiel, presionándolo a abandonar su familia y hacen hasta lo imposible para que la esposa se entere de la relación, creando de esta manera, un conflicto en el hogar. Así mismo, aprovechándose de las peleas de la pareja de casados, la amante inicia su manipulación poniendo al hombre en contra de su mujer y de su familia. Esta estrategia es muy utilizada por las amantes, pues después de un tiempo, se cansan de ser la otra y de que su relación secreta no salga a la luz pública. Además, dicha situación genera frustración, rabia, ansiedad y dependencia hacia la persona casada, pues las amantes sienten que el triangulo amoroso las pone en una posición de desventaja ante la esposa y la sociedad. Los especialistas concluyen que la relación extramatrimonial es un modelo de trastorno narcisista, ya que la amante y el infiel disfrutan del placer inmediato y no viven en la realidad, que involucra empatía hacia los seres queridos, quienes terminan siendo los más afectados. Antes de formar un triangulo amoroso, piensa en los resultados y el daño que puedes causar, porque al final, tu eres la única responsable y tarde o temprano, pagarás las consecuencias de tus acciones.