Cuento para padres


Apoyo incondicional

La niña no quería ir al colegio y le decía a su mamá que se sentía enferma, cansada y con malestar. La pequeña buscaba cualquier excusa, para a sus clases diariamente faltar y cada vez que era obligada a asistir se atacaba a llorar.

La madre muy preocupada, con su hija se sentó a conversar, logrando que la menor confesara, lo que la hacía sentir mal: eran dos niñas de su colegio, que la empezaron a hostigar, la excluían sin reparo de cualquier trabajo grupal, la insultaban y le hablaban, con burla y agresividad.

—¡Eres víctima de matoneo, esto debe parar ya!, —exclamo la madre con profundo malestar. Entonces abrazó a su pequeña, con todo su amor maternal y se fueron juntas al colegio, para informar y reclamar.

La niña señaló a las menores y las directivas empezaron a actuar, dejando claro que, en su colegio, el matoneo no tiene lugar. Ser víctima de “bullying” o matoneo escolar, es lo peor que le pueda pasar a un menor de edad. Es por ello por lo que, como padres, debemos estar pendientes ante cualquier eventualidad, pues un solo cambio de comportamiento es una importante señal. Además, es de vital importancia brindarles apoyo incondicional, dejándoles claro que, como padres, es en nosotros en quienes deben confiar.
FIN

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Reflexión
Estar alerta ante los cambios de comportamiento de nuestros hijos puede evitar el sufrimiento del menor ante el matoneo o “bullying” escolar. Millones de niñas y niños en el mundo, son víctimas de esta malvada tendencia. En la mayoría de los casos, la falta de soporte por parte de las instituciones escolares o de los padres, han llevado a la población infantil a tomar decisiones lamentables como el suicidio. Sin embargo, vale la pena resaltar que, las agresiones y repugnantes acciones por parte de los acosadores se pueden evitar y corregir desde el hogar, enseñando a nuestros hijos humanidad, respeto y empatía hacia los demás. Finalmente, si tu hija o hijo está siendo víctima de matoneo ten en cuenta las siguientes señales de alarma:
. Aparición de constantes moretones, raspaduras o prendas rasgadas y más sucias de lo habitual.
. Si al regresar del colegio presenta comportamientos agresivos, de tristeza o mal humor, sin motivo alguno.
. Notoria disminución del rendimiento académico.
. Perdida frecuente de dinero o pertenencias cuando regresa a casa.
. Ya no menciona a su amigo o amiga, y cuando se le pregunta, evade la respuesta o prefiere no hablar.
. Constantes cuadros de depresión o ansiedad cada que debe asistir al colegio.
. Trastornos del sueño ocasionados por el estrés.