En una mañana de otoño, ella disfrutaba, el aroma del café que en la cafetería tomaba. En ese preciso momento, un hombre desconocido la observaba y en tan solamente un segundo, se cruzó con su mirada.
La atracción fue mutua y una conversación iniciaban, el amor llegó en ese momento, mientras reían y charlaban. Ella le contó de su vida y sobre sus proyectos del mañana, mientras que él le manifestó, lo mucho que le gustaba. Fueron pasando los días y una relación iniciaban, en muy corto tiempo, decidieron que se casaban. Era el momento perfecto, con el que ella siempre soñaba: casarse con el hombre, de quien estaba enamorada.
Durante el transcurso de la semana, con ella siempre estaba, pero los fines de semana, generalmente el hombre viajaba. Así transcurrió el tiempo, hasta que aquella mañana, en la soledad de su cuarto, descubrió que estaba embarazada. Entonces, tomó el teléfono e hizo una única llamada, a su querido esposo, para contarle lo que pasaba; pero al otro lado de la línea, una mujer le contestaba, ella creyó que se había equivocado e hizo una segunda llamada. La misma mujer contestó y ella quedó petrificada, entonces… colgó el teléfono y lloró desconsolada. Enfrentó a su marido, pero él nada confesaba, hasta que le contó, el secreto que la dejó destrozada.
El hombre tenía dos hogares y dijo que a las dos las amaba. Durante la semana, con ella estaba y los fines de semana, con la otra mujer pasaba. También le dijo que no quería perderla y que lo perdonara, que con la otra, en pocos días terminaba. Sin embargo, todo era mentira, él seguía como si nada y ella en medio de su dolor, a su marido abandonaba. Nunca le contó sobre su embarazo y una nueva vida iniciaba, lejos del hombre que la engañaba y que su alma destrozaba. ¡Porque su amor propio era más fuerte, que el dolor de su alma, y como futura madre y mujer, ella se valoraba!
FIN
Reflexión
En la actualidad las relaciones se han vuelto mucho más equitativas y el tema de la infidelidad se ha convertido en un aspecto que la mujer, ya no está dispuesta a tolerar. Gracias a su independencia y autonomía, ha empezado a exigir más responsabilidad y respeto por parte de su compañero de vida. Sin embargo, existen todavía hombres a los que les gusta jugar con fuego y los casos de hombres con dos hogares es el claro ejemplo de ello. Según los especialistas, es común que los hombres con dos hogares sean individuos inmaduros, irresponsables y con falta de compromiso. Además, sostienen que generalmente son personas que han encontrado los mismos modelos durante la infancia o un resentimiento hacia su madre, convirtiéndose en un patrón que puede afectar las relaciones, de generación en generación. En todo caso, si una mujer se enfrenta a este tipo de situación debe reflexionar si ella merece vivir dicha circunstancia, pensar hasta que punto está dispuesta a tolerar una infidelidad de tal magnitud, elevar su autoestima y empezar a desarrollarse en su aspecto laboral, para luchar como profesional y persona, en la meta de alcanzar su autonomía. Recuerda que en el matrimonio la pareja tiene un proyecto de vida, debe ir por el mismo camino y, sobre todo, además del amor, debe haber compromiso, respeto y honestidad. Aprende a amarte a ti misma primero, antes de depender sentimentalmente de una persona.