Cuento para padres


Dialogar y escuchar

La niña llegó corriendo en busca de su mamá, para contarle sobre su estupendo día escolar. La comunicación entre las dos era tan especial, que esta costumbre para ellas era un verdadero ritual.

Sentadas juntas en el comedor principal, la niña merendaba y empezaba a contar, sobre la nueva profesora y su forma de enseñar.

También expresaba la alegría que sentía al ayudar, a la niña nueva de la clase, para ayudarla a integrar. Compartir con ella su comida e invitarla a jugar, a la hora del recreo junto a todos los demás… Era el mejor momento, ¡dentro de todo su mundo escolar!

La niña continuaba su relato sin siquiera descansar, y su madre con atención la escuchaba sin parar, cada historia que la pequeña le quería siempre contar. La comunicación entre madre e hija era de admirar, siempre estaban la una para la otra, en cualquier momento y lugar.

Dialogar y escuchar a nuestros hijos es la mejor manera de interactuar, para poder ganar su confianza y educarlos desde el hogar. Recuerda que transmitirles amor, respeto y cordialidad, es la clave para estrechar los vínculos que necesitarás, cuando crezcan y busquen su independencia, lejos del hogar parental.


FIN

Eng

Reflexión
Lograr entablar una comunicación efectiva con nuestros hijos no es una tarea fácil. Por ello, es indispensable mostrarnos abiertos a escucharlos y dialogar con ellos desde muy temprana edad. Para los especialistas hay dos tipos de comunicación: verbal y física. La verbal hace referencia a lo que expresamos con las palabras y al tono de voz que utilizamos. La comunicación física es la que manifestamos a través de nuestro lenguaje corporal como son: los abrazos, el contacto visual, nuestras expresiones faciales, los gestos y el espacio personal. Teniendo en cuenta lo anterior, trata de escucharlos siempre de una manera activa y reflexiva, hacerles sentir que estás presente, escuchándolos en los momentos en que más te necesita, es la clave para reforzar su autoestima y de esta manera construir una personalidad saludable, que les permita relacionarse con las personas mucho más fácil durante el trayecto de la vida. Finalmente, al momento de predicar hazlo con el ejemplo, buscando siempre el momento y el lugar adecuado para comunicarte con ellos. No olvides que tú eres su guía, su motor y su referente a seguir, durante todo el recorrido de su existencia.