La joven vivía con sus padres y su abuela, era una adolescente rebelde que se la pasaba de fiesta en fiesta. Sus padres le hablaban y la aconsejaban con frecuencia, también le suplicaban que reflexionara y comprendiera, sobre los peligros que todos corrían, si no se cuidaba de la pandemia.
Sin embargo, ella no escuchaba y continuaba con su desobediencia, entre la rumba con sus amigos vivía con indiferencia. Pero una mañana, su madre se despertó indispuesta, días después fue su padre y por último su abuela. La COVID entro al hogar en silencio y sin clemencia, a través de la asintomática joven y de su absurda inconsciencia. La madre sufrió muy fuerte los síntomas de la pandemia, pero salió victoriosa, aunque en profunda tristeza.
El coronavirus se llevó al padre y también a la abuela, mientras la joven se culpaba y lloraba con profunda dolencia. El coronavirus es una realidad que a muchas familias ha tocado sin piedad, llevándose a sus seres queridos y gran parte de la humanidad. Un homenaje a los que han perdido la lucha contra tan inclemente mal, y a los que todavía estamos aquí los invito a reflexionar, a creer en los científicos, en las vacunas y a continuar con los protocolos de bioseguridad. Si no actuamos con consciencia, responsabilidad y solidaridad, con seguridad el virus ¡nunca, dejará de circular!
FIN
Para reflexionar
Según fuentes oficiales, desde su aparición en diciembre de 2019 en China, la pandemia del nuevo coronavirus ha dejado como resultado 15 millones de muertos y más de 767,4 millones de personas han contraído la COVID-19 a nivel mundial. Aunque la gran mayoría de los enfermos se recupera, una parte continúa conservando los síntomas durante semanas o meses. Vale la pena recordar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus se transmite principalmente a través de las gotículas generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o espira. La gente se puede infectar al inhalar el virus si está cerca de una persona con COVID-19 o si, tras tocar una superficie contaminada, se toca la nariz, la boca o los ojos. Por otra parte, a pesar de la vacunación, es importante no bajar la guardia y continuar con los protocolos de bioseguridad estipulados por la OMS. Para los especialistas el riesgo no es cero para las personas totalmente vacunadas y las infecciones posvacunas son una realidad. La responsabilidad, entonces, esta en cada uno de nosotros; por ello, te invito a continuar con la utilización de máscaras, el distanciamiento social, el lavado de manos y la vacunación para frenar de una vez por todas, con la propagación del nuevo coronavirus.