Estaba embarazada de su tercer hijo cuando su esposo la abandonó, como madre cabeza de familia por sus hijos siempre luchó. Trabajaba en lo que le saliera pues ella no tuvo educación, solo quería ofrecer a sus pequeños lo que a ella nadie le dio. ¡Pero la pobreza parecía ser el lastre, que con esta mujer se ensañó!
En el barrio donde vivía habitaba un señor que trabajaba para una red de narcotraficantes de la región. El hombre reclutaba mulas para enviarlas al exterior y como ella estaba necesitada en una presa fácil se convirtió. A la joven madre nunca le interesó prestarse para tan peligrosa labor. Sin embargo, en medio de su desesperación sin pensarlo dos veces aceptó; el hombre le entregó el dinero comprometiéndola con antelación.
Aquella mañana, la mujer, de sus hijos llorando se despidió, fue en busca del individuo que 70 cápsulas de cocaína le entregó; ella debía consumirlas y prepararse para la labor de llevar droga dentro de su organismo para entregarla en otra nación. Era la primera vez que la joven viajaría en un avión, el miedo la fue invadiendo, poco a poco, con exasperación. Requisaron sus maletas y la policía nada encontró, la dejaron fácilmente pasar y el avión sin problemas abordó.
Durante el transcurso del vuelo los nervios la asediaban sin control, mientras su cuerpo le anunciaba que una cápsula dentro de ella explotó, un incontrolable y fuerte dolor de estómago irremediablemente sintió. El último latido de su bebé, con tristeza y angustia percibió. Se prendieron entonces las alarmas y la aeromoza a las autoridades llamó. Se la llevaron a un hospital pero la vida en minutos perdió. La joven madre en una víctima más de los narcos... se convirtió.
FIN
De interés
Los métodos utilizados por los narcotraficantes para transportar droga al rededor del mundo no tienen límites. Sin embargo, la utilización de las llamadas mulas o correos humanos, sin duda, es uno de los métodos más viles. Las personas, en su mayoría mujeres, son obligadas a ingerir cápsulas con cocaína o heroína envueltas en guantes de látex para ser transportadas de un país a otro; si logran pasar los controles aeroportuarios, deben expulsar la mercancía, limpiarla y entregarla a otro miembro de la red de nacotraficantes que esté a cargo de recibirla. Esta práctica, implica graves riesgos para la salud como: obstrucción intestinal, peritonitis, intoxicación y si una cápsula se rompe, puede causar la muerte. Esta comprobado que los reclutadores de mulas buscan personas en condición de vulnerabilidad o marginalidad, de bajos recursos, jóvenes en situación de desesperación por la falta de oportunidades, madres cabeza de familia en extrema pobreza y mujeres embarazadas, pues estas últimas no pueden ser sometidas a los rayos X, por lo tanto, es mucho más fácil lograr que la droga llegue a su destino. Vale la pena resaltar que en la mayoría de los casos las víctimas son extorsionadas, engañadas u obligadas a llevar la droga bajo amenazas sobre ellas mismas o sus familias. Las personas que son sometidas a esta clase de labor, se exponen a cometer un delito que es penado con prisión o a perder la vida, pues hay países como China e Indonesia en donde las penas a las que se enfrentan las mulas del narcotráfico, alcanzan la prisión perpetua e incluso la pena de muerte. Para los narcos los correos humanos son solo objetos que pueden desechar y reemplazar, estos criminales juegan con la salud, la dignidad y la vida de las personas.