En un pequeño pueblo lejos de la capital, se respiraba un aire de alegría y de tranquilidad. Los ancianos frente a sus casas se sentaban a conversar y los niños jugaban y reían en todo momento y lugar. Era un pueblo donde reinaba la paz, allí todos se unían para crear prosperidad; las familias trabajaban y se ayudaban con amistad.

Pero de un momento para otro, todo empezó a cambiar. Al pueblo llegaron hombres que amenazaban sin piedad. Eran miembros de una guerrilla que rondaban por el lugar, para llevarse a los niños y de sus familias separar. Los bandidos coaccionaban a los que no quisieran colaborar y arbitrariamente reclutaban a los niños de cada hogar. A la casa de don Baltazar llegaron sin avisar y sacaron a los pequeños con cierta agresividad. Don Baltazar les suplicaba que los dejaran en paz, mientras la madre tan solo lloraba y les imploraba sin parar. ¡Se llevaron a los niños! Gritaban en el lugar, cuando de repente un disparo acabó con la vida de don Baltazar.

Ante la dramática escena la familia logró escapar, con la ayuda de algunos vecinos se fueron para la capital. Llegaron como desplazados sin ninguna oportunidad, a una ciudad desconocida y en pleno abandono social. La madre muy afligida tomó las riendas del hogar y como madre cabeza de familia comenzó a trabajar, en cualquier cosa que le saliera para a su familia alimentar. Ella soñaba con regresar algún día al pueblito, en donde había vivido con felicidad, pero la guerrilla le arrebató ese sueño, ahora solo le quedaba luchar, en una ciudad desconocida junto a sus hijos y en soledad. La plata no le alcanzaba para poderse sustentar, entonces los pequeños también trabajaban para ayudar a su mamá. Atrás quedaron los juegos y el anhelo de estudiar, para alcanzar una mejor vida con un poco de dignidad. ¡Su niñez fue arrebatada por los que actúan con maldad!

Hambre y tristeza vive la familia de don Baltazar, la pobreza los consume por la falta de oportunidad. Una niñez sin salida, viven los hijos de don Baltazar, por culpa de los grupos armados que no dejan vivir en paz. Una niñez sin salida, viven los hijos de don Baltazar, ante los ojos de una sociedad a la que le falta solidaridad. Una niñez sin salida, viven los niños de don Baltazar, en un país donde robarse el dinero de la ayuda social, se ha convertido en algo, ¡tristemente normal!
FIN